Máster Personal en Estudios Budistas
Con ganas de profundizar en el estudio y la práctica de las enseñanzas de Buda, insatisfecho con las propuestas disponibles al día de hoy, creé mi propia formación. Aquí comparto el proceso de creación, una versión inicial del programa, y algunos tips para quien quiera seguirlo. Tiempo de lectura: 22 minutos.
Por favor tené en cuenta que es un programa intenso, denso en contenidos, y que creé ante todo como hoja de ruta para mí mismo. Si estás dando tus primeros pasos en el mindfulness y la meditación, puede que este texto te deje con más preguntas que respuestas. Si es tu caso, te invito a explorar el resto de la web y echarle un vistazo a la sección Recursos.
ÍNDICE - 1. La necesidad de un camino claro - 2. Elegir el mapa antes de emprender el viaje 2.1. ¿Un Buda pero muchos budismos? 2.2. Elegir qué camino seguir es un proceso en sí mismo - 3. Por qué crear mi (o tu) propia formación - 4. La práctica 4.1. Más que una teoría elegante 4.2. El entrenamiento gradual - 5. Lecturas 5.1. Conectar con Buda sin intermediarios 5.2. Usar fuentes secundarias como soporte 5.3. Una propuesta para empezar con calma 5.4. Un posible “Segundo Módulo” - 6. Retiros 6.1. Retirarse para profundizar 6.2. Cómo y cuánto retirarse - 7. Aprender Pali - 8. Crear, compartir, acompañar - 9. En resumen…
1. La necesidad de un camino claro
Empecé a meditar y leer sobre budismo a los 16 años. Tuve la suerte de tener acceso a muchos recursos, mayormente libros, en una época en que la meditación no estaba aún tan difundida. Los primeros años me los pasé leyendo y practicando todo lo que podía. Recuerdo que en el último año de la escuela secundaria me despertaba todos los días 15 minutos antes que el resto de mi familia (a las 6:45 am) para tener mis 15 minutos de meditación en silencio antes de empezar el día. En muchas clases me mantenía sentado con la espalda erguida y la atención presente, a veces para risas de algunos compañeros. Volvía de la escuela caminando con conciencia, cultivando esa presencia, para muchas veces sentarme a meditar otros 15 minutos al llegar a casa y quizás otros 15 minutos antes de irme a dormir.
Aún con todas esas energías y entusiasmo, llegó un punto en que sentí que me topé con una pared. Los libros que leía comenzaban a dar vueltas en círculos, aportándome valor pero dejándome con la sensación de que había mucho más camino por recorrer... aunque no lo estuviera encontrando.
Cada vez escucho a más personas con experiencias similares: llevan años meditando y leyendo, sienten que aún están en una fase inicial de este recorrido, pero no encuentran la manera de profundizar.
¿Por qué pasa esto, si en las últimas dos décadas vivimos una explosión en la oferta de contenidos y herramientas en el campo de la meditación, el mindfulness y el budismo? Quizás tenga que ver con que buena parte de esos contenidos y herramientas son como piezas sueltas y desordenadas de un puzzle o rompecabezas. Si no tengo claro cómo encajarlas, si no tengo claro cuál es el puzzle que estoy armando, tener más piezas no necesariamente es mejor, e incluso puede llegar a ser peor. ¿Cómo no sentir ansiedad cuando visitamos Amazon (o Snow Lion, o Tricycle, o la web que sea) y nos bombardean con pilas y pilas de libros, cursos, revistas, artículos, y entrevistas?
Las enseñanzas de Buda no se tratan de consumir más y más contenidos, sino de aplicar unas técnicas muy concretas, acompañadas del estudio y observación en primera persona de cómo funciona nuestra mente, para lograr cambios reales en nosotros y nuestra manera de relacionarnos con la realidad. Y en última instancia, reducir o directamente eliminar la ansiedad, el estrés, la frustración, la depresión o, en términos más generales, el sufrimiento. La buena noticia es que Buda fue muy claro y metódico en la exposición del camino que proponía recorrer. Quizás sea cuestión de volver a la fuente, es decir, al cuerpo completo de enseñanzas de Buda. Pero si queremos recorrer ese camino, tal vez deberíamos…
2. Elegir el mapa antes de emprender el viaje
2.1. ¿Un Buda pero muchos budismos?
Tras la muerte de Buda, sus enseñanzas se expandieron por regiones con culturas y tradiciones espirituales preexistentes muy diversas. En cada caso se adaptaron a las idiosincrasias locales, pasando por los filtros e interpretaciones de maestros locales. Así surgieron las mutaciones que conocemos hoy, como pueden ser el Budismo Tibetano, el Budismo Zen, o el Budismo Theravada[^1]. Un Buda, pero muchos budismos.
Si queremos empezar a profundizar, empezar a ver el puzzle entero en lugar de piezas sueltas, el primer paso es elegir un budismo y atenernos a él. Todos tienen algo que aportar: he bebido al menos un poco de cada uno de ellos y me he beneficiado mucho de hacerlo. Pero estar saltando constantemente de uno a otro parece una excelente receta para seguir dando vueltas en círculos ad eternum. Cada rama tiene sus prácticas, métodos, e ideales, ofreciéndonos su propio mapa para recorrer este camino de desarrollo interior. ¿Cómo voy a poder profundizar en uno, con todo lo que eso requiere, si no me comprometo? Al menos en mi experiencia personal, ese compromiso y claridad son el primer paso para reemplazar la ansiedad de consumir por una gran paz y tranquilidad.
El mapa que yo terminé eligiendo es el que a veces se llama “Budismo Temprano”, para distinguirlo de los budismos o mutaciones que surgieron más tarde, a medida que las enseñanzas de Buda se expandieron y se institucionalizaron.
2.2. Elegir qué camino seguir es un proceso en sí mismo
Comprometerse con uno de los budismos requiere, no obstante, algún entendimiento previo de las diferentes opciones disponibles. Vale la pena invertir tiempo en explorarlas y en entender lo que propone cada una. Luego podremos elegir a conciencia.
Esto no tiene por qué ser algo estresante, al contrario, es una maravillosa oportunidad para explorar, leer, investigar… Y al final confiar en que nuestra intuición nos va a llevar por el camino indicado para nosotros. Tal vez leer cómo fue mi proceso te resulte útil, pero si no, sentite libre de saltear los párrafos que siguen e ir directamente al próximo apartado. En la sección “5. Lecturas” hay más información sobre los libros que aquí mencionaré al pasar.
Empecé practicando principalmente en el Budismo Tibetano, y no fue hasta el 2019 (es decir, 13 años más tarde), que me empecé a preguntar por dónde quería seguir, dado que me disponía a dedicar más tiempo a practicar, estudiar, e ir de retiros. Este artículo es, de alguna manera, la culminación de ese proceso.
Viniendo del Budismo Tibetano, lo primero que hice fue explorar cómo sería profundizar continuando dentro de esa misma rama, empezando por una serie de prácticas que se conocen como ngondro. No quería iniciarme en ellas sin antes entender lo que estaría haciendo, de qué se tratan estas prácticas realmente, más allá de la importante carga ritual que tienen. Para eso leí dos libros[^2] que me ayudaron a entenderlas mejor y a apreciar su valor, pero no terminé de sentir que fuera el camino para mí.
Un poco más tarde leí la traducción y comentario del Satipatthana Sutta de Bhikkhu Analayo y lo sentí como un primer click. Fue la primera vez que leí un sutta (o discurso) en palabras de Buda, de principio a fin, y me fascinó cuan claro y accesible era. Analayo luego complementa su traducción (del Pali) con un análisis del texto que me ayudó a entenderlo mejor, pero colocándose él en el asiento del co-piloto, permitiendo que sea yo quien conecte de manera directa con las palabras de Buda, sin intermediarios, sin refritos.
Esa experiencia me llevó a leer el Majjhima Nikaya, uno de los 5 libros que recopila las enseñanzas de Buda en sus propias palabras, en forma de diálogos con discípulos, rivales, y una amplia variedad de personajes. Leerlo fue el segundo click: confirmé que era posible (y muy rico) leer los suttas de manera directa, sin intermediarios, saltándome las mutaciones y reinterpretaciones de esas enseñanzas que mencionaba en el apartado anterior.
El tercer y último click vino cuando, por casualidad, encontré una sangha (o comunidad de práctica) en la que se practica las enseñanzas de Buda siguiendo los Nikayas, usando los suttas como principal fuente de lectura y estudio, con maestros o mentores que reciben y contestan preguntas por mail. Y no menos importante, con retiros a precios accesibles, que no requieren inscribirse con un año de anticipación para no quedarse fuera.
De esta manera me terminé inclinando por el camino del Budismo Temprano, lo que no quiere decir que sea mejor que los demás; como escribí antes, creo que todos tienen algo para aportar. Cada quien deberá encontrar el suyo.
3. Por qué crear mi (o tu) propia formación
Teniendo claro el camino en el que quería ir a fondo, mi primer instinto fue buscar una maestría, postgrado, o alguna otra propuesta más o menos académica o estructurada, pero no encontré nada que se adaptara a mis necesidades. En el ámbito académico, después de algunos filtros, me quedé con dos “Maestrías en Estudios Budistas” que se ofrecen en las universidades de Hong Kong y de Bristol (Reino Unido). El problema es que en ambos casos debería mudarme al campus de la universidad y desembolsar más de 15 mil dólares. No le vi sentido, al menos para mí y en este momento, aunque ambos programas se veían muy tentadores. También consideré el Committed Practitioners Program de Bodhi College, pero requería que me comprometa a un programa de 18 meses, cuyos contenidos no se revelarían hasta el inicio del mismo, y que aún tenía un costo elevado (aunque barato en relación a lo que incluye). ¿Algo en español? Bien gracias...
Fue así que empecé a considerar las ventajas de crear mi propia formación, a mi medida y antojo. La frustración inicial dio paso al entusiasmo. Creo que algo cambia cuando tomamos un rol activo en crear nuestro propio camino, aunque pueda costar al principio. Tal vez lo principal sea el dejar de poner tantas expectativas en otras personas o instituciones, y verlas como lo que realmente son: guías y mapas para un recorrido que es profundamente personal, y que nadie puede recorrer por nosotros.
En los apartados que siguen comparto esta suerte de Máster Personal en Estudios Budistas que creé para mí. Si bien tiene todos los sesgos de mis preferencias personales, creo que puede serte útil si estás con inquietudes similares a las que me llevaron a crearlo. Mi experiencia me hace pensar que no somos pocos. Al leer los contenidos que siguen, por favor tené en cuenta que esto es un trabajo en desarrollo: aún no hice todo lo que aquí me propongo, y quizás a medida que lo haga considere oportuno modificar elementos de este plan.
4. La práctica
4.1. Más que una teoría elegante
Esta verdad, estas enseñanzas, no son alcanzables con el mero uso de la razón. - Buda mismo, en el Majjhima Nikaya, Sutta 26.
Las enseñanzas de Buda vienen con un muy rico y vasto cuerpo de literatura y sistema filosófico. Pero las enseñanzas de Buda no se tratan de eso. Todo lo que hace la teoría es ayudarnos a conectar de manera directa con la práctica. “La práctica” incluye a la meditación sentados, y también a todo aquello que nos va llevando a relacionarnos con la realidad de una manera diferente, que nos va ayudando a darnos cuenta de cómo la mente crea su propio sufrimiento. Al purificar la mente de los velos o impurezas que la llevan a esto, empezamos a liberarnos. Vamos experimentando nuevos estados, que con tiempo y dedicación se van asentando en nosotros hasta convertirse en rasgos, en la nueva manera normal en que funcionamos.
Esta introducción puede sonar innecesaria, pero es fácil perderse en el lado más intelectual de las enseñanzas, quedarse con una bonita teoría. Podemos pasarnos años leyendo, sintiendo sensaciones agradables al contemplar las ideas que leemos, pero sin que eso tenga el más mínimo impacto real en nosotros. No es la idea.
¿Y qué practicamos? He aquí otro peligro: podemos pasarnos años dando vueltas en círculos yendo de una práctica a otra, sin llegar a desarrollar por completo ninguna de ellas, coleccionándolas como quien acumula cualquier otro objeto en su casa. Lo que Chogyam Trungpa llamaba “materialismo espiritual”. Tal vez lo que necesitemos sea...
4.2. El entrenamiento gradual
¿A quién podemos recurrir para tener un camino claro de práctica, en contraste con estas piezas sueltas del puzzle que tan fácil es encontrar en sitios como Amazon? Quizás a Buda mismo. Vamos a intentarlo. En el Majjhima Nikaya, que por cierto es abundante en repetición, Buda repite unas cuantas veces lo que se suele llamar “el entrenamiento gradual”. ¿Será lo que estamos buscando?
La fórmula varía un poco según el sutta, pero los elementos centrales están siempre allí. Tomaré aquí la presentación del sutta 107 del Majjhima Nikaya[^3]. A continuación ofrezco un brevísimo resumen de esta fórmula.
Cultivar la virtud. En esencia, practicar los 5 preceptos laicos: no matar ni lastimar a seres sintientes, no tomar lo que no nos es dado, abstenerse de actividad sexual en la que alguien salga herido (física- o emocionalmente), no mentir (ni maldecir, ni ser hiriente con las palabras), no ingerir drogas ni alcohol. No seguimos estos preceptos para complacer a algún ser imaginario que vive en los cielos y podría castigarnos, sino porque hacerlo repercute en nuestra propia paz.
Practicar la mesura en las “puertas sensoriales”. En esencia, no obsesionarnos ni enredarnos con el placer y la aversión que provienen de los estímulos sensoriales. Aplica a los 5 sentidos. Ver siguiente punto.
Comer con moderación. Curiosamente, podríamos verlo como un ejemplo del punto anterior, pero Buda lo consideró tan importante que, al menos en este discurso, le dio entidad propia. En esencia, comer para nutrir el cuerpo, no para saciar las ansias de sabores, aromas, o texturas placenteros. ¿Qué conductas y qué estados mentales estamos cultivando cuando nos comemos un paquete entero de galletas por el placer que nos produce, o para “aliviar” ansiedad?
Cultivar y sostener la presencia. Lo que se suele traducir del Pali y probablemente conozcas como mindfulness, entendido no como algo a ejercitar 10 minutos al día, sino como algo a sostener 24/7. La pieza del puzzle que Jon Kabat Zin extrajo, estandarizó, y empaquetó en el programa de 8 sesiones que hoy conocemos como MBSR.
Jhanas y Brahma Viharas. Desarrollar los puntos anteriores facilita esta práctica, que a su vez facilitará el seguir desarrollando los puntos anteriores. Los 5 puntos se nutren de y entre sí. Diré aquí, simplemente, que los Jhanas y Brahma Viharas son prácticas y estados que tienen que ver con el cultivo de la compasión (no en sentido de acciones altruistas sino como estado meditativo), y el fortalecimiento de la presencia, paz, y claridad mental que de ello deriva[^4]. Esta práctica no es un fin en sí mismo, sino más bien una herramienta. Nos ayuda a potenciar la presencia, superar nuestra adicción a los placeres de los sentidos, y a profundizar en nuestro entendimiento experiencial de cómo funciona nuestra mente.
Este es mi camino. Expandir sobre el punto 5 requeriría un libro aparte, que por suerte alguien ya se ocupó de escribir. Lo que nos lleva a las...
5. Lecturas
Esta sección contiene mucho material. En el apartado 5.3. ofrezco una propuesta para empezar a leer con calma.
5.1 Conectar con Buda sin intermediarios
Si estamos hablando de Budismo Temprano, de volver a las fuentes, a las enseñanzas de Buda… Entonces será lógico que prioricemos la lectura de fuentes primarias. Leer a Buda en sus propias palabras[^5], en lugar de las interpretaciones de otras personas que lo leyeron. Tal vez esto suene intimidante, pero con algunos ajustes y soportes, es bastante accesible.
Para esto nos valdremos de los 5 compendios (o “Nikayas”) de discursos del Buda, diálogos en los que expone sus enseñanzas ante discípulos, rivales, reyes, campesinos, bandidos, y otros personajes. Cada Nikaya tiene, en su versión en inglés condensada, en torno a 1.500 páginas, por lo que será mejor que empecemos por uno de ellos. Elegí empezar por el Majjhima Nikaya.
Vale reforzar aquí que esta lectura sirve, no a enredarse en los constructos filosóficos que expone Buda, sino a tener a sus enseñanzas como soporte para la práctica, como nutriente para la práctica, como inspiración para la práctica.
Cuando empecé a leer el Majjhima Nikaya necesité algo de tiempo para acostumbrarme al formato y la repetición, y para entender que hay suttas que simplemente no me llegan tanto como otros, pero una vez que me acostumbré, la lectura empezó a fluir y ahora es un gusto. Es cuestión de paciencia.
5.2. Usar fuentes secundarias como soporte
Podemos pensar en este plan de lecturas como un árbol. Si el Majjhima Nikaya, la fuente primaria, es el tronco, tendremos también las raíces y una copa. Las raíces serán las lecturas que nos ayuden a entender mejor el origen y contexto de estas enseñanzas, así como también las posteriores mutaciones que fueron sufriendo. La copa serán las lecturas que nos ayuden a conectar con la práctica en sí. Por ejemplo, hay muchos suttas dedicados a los Jhanas y Brahma Viharas, pero pocas instrucciones prácticas en cuanto a cómo se lleva esto a cabo. La experiencia de otras personas que ya recorrieron este camino puede resultarnos útil.
Con determinación y paciencia este bonito árbol dará sus frutos:
El Tronco – La fuente primaria Majjhima Nikaya. Leerlo requiere algún entendimiento previo de lo que allí nos encontraremos, para lo cual tenemos las lecturas que siguen. Disponible en inglés aquí y en español aquí. Por desgracia esa traducción al español contiene únicamente una selección de 50 de los 152 suttas que componen el texto original. También se puede acceder gratis en inglés aquí y gratis en inglés y en español aquí (aunque esta última traducción al español no parece muy fluida).
Las Raíces – Orígen y mutaciones de las enseñanzas de Buda
- An Introduction to Buddhism, de Peter Harvey. Un libro académico para obtener una visión panorámica del budismo, desde el contexto en que surgió Buda, repasando sus enseñanzas centrales, y explorando luego cómo el budismo se fue institucionalizando y mutando a medida que se expandió por nuevas regiones. Como alternativa en español tenemos Pensamiento budista: Una introducción completa a la tradición india, de Paul Williams et al.
- The Origin of Buddhist Meditation, de Alexander Wynne. Breve estudio (108 páginas) para entender en mayor profundidad el contexto en el que surgió Buda, quiénes fueron sus maestros, y la influencia en él de la tradición brahmánica que predominaba en su época y región. Como alternativa en español podríamos leer los primeros capítulos de La tradición del yoga, de Georg Feuerstein. Un estudio mucho más exhaustivo pero también extenso: el libro entero ronda las 800 páginas.
- Superiority Conceit in Buddhist Traditions, de Bhikkhu Analayo. Tras profundizar en los orígenes, este libro nos ayudará a profundizar en las mutaciones posteriores, curándonos un poco de algún complejo de superioridad que podamos albergar, si es que llegamos al Budismo Temprano desde otro budismo (El Theravada es el original! El Tibetano es superior! El Secular es el que de verdad tiene sentido en el siglo XXI!). No está disponible en español y en este caso no conozco alternativas.
La Copa – Soporte para la práctica
- Satipatthana, de Bhikkhu Analayo. Este fue el libro que me acercó a los suttas y que me llevó finalmente a inclinarme por el Budismo Temprano como mi camino personal. Analayo inicia con una traducción del Pali al Inglés del texto original, “Los fundamentos del mindfulness” según los enseñó Buda, y luego ofrece una explicación detallada del discurso. Cuidado: el autor tiene 3 libros con títulos casi indistinguibles. El que nos interesa está aquí en inglés y aquí en español.
- The Path to Nibbana, de David Johnson. Sabés que un libro es bueno cuando te da muchas ganas de recomendarlo a pesar de tener unos cuantos errores de tipeo y alguna que otra propuesta no tan bien argumentada como te gustaría. Es una introducción simplemente estupenda a la práctica de los Jhanas y Brahma Viharas, que explica además con mucha claridad a dónde conducen. En inglés aquí, en español aquí, y gratis en formato digital, en ambos idiomas, aquí.
- Compassion and Emptiness in Early Buddhist Meditation, de Bhikkhu Analayo. Parte de lo estupendo del libro de Johnson es que está escrito en un lenguaje muy accesible, tomando incluso testimonios de sus estudiantes explicando los diferentes Jhanas y Brahma Viharas en sus propias palabras, a medida que los fueron experimentando o desarrollando. En este libro, Analayo cubre el mismo tema pero con un enfoque un poco más académico y riguroso, basándose de manera más directa (o explícita, al menos) en los suttas. En inglés aquí y en español aquí.
Hay muchos libros maravillosos que no incluí en esta lista. Cada día tiene sólo 24 horas: hay que priorizar.
5.3. Una propuesta para empezar con calma
Si estás dando tus primeros pasos en este camino y el apartado anterior te resultó un poco abrumador, te dejo una propuesta de itinerario de lecturas. Menciono las versiones originales, pero ya dejé las traducciones o alternativas en español en la lista de arriba.
- An Introduction to Buddhism, de Peter Harvey
- The Path to Nibbana, de David Johnson
- Satipatthana, de Bhikkhu Analayo
- Majjhima Nikaya
BONUS (para agregar al inicio y al final de la lista anterior)
- Vipassana, de Jack Kornfield y Joseph Goldstein. No incluí este libro antes, pero si la meditación y/o el budismo son totalmente nuevos para vos, podría ser un muy buen punto de partida antes de ir a por este listado. Fue una de mis primeras lecturas y aún hoy, 16 años más tarde, lo sigo recomendando. El título del original en inglés es Seeking the Heart of Wisdom. Otro libro que puede resultar útil es La mente iluminada, de Culadasa (John Yates).
- Después del éxtasis, la colada, también de Jack Kornfield. Hermosa lectura para encarar una vez que ya tengamos bastante camino recorrido. El título del original en inglés es After The Ecstasy, The Laundry. (en España “la colada” se refiere a la ropa sucia para lavar)
5.4. Un posible “Segundo Módulo”
Si en lugar de abrumarte, estas lecturas te dejan con ganas de más, también tengo algo para vos. Aquí dejo algunas ideas de por dónde seguir:
El tronco Terminadas las lecturas anteriores, decidí seguir por el Dhammapada y el Sutta Nipata. Son dos libritos que pertenecen al Khuddaka Nikaya, y ofrecen un formato y estilo muy diferente al Majjhima Nikaya. Una buena manera de ampliar la mirada. Recomiendo especialmente la traducción y comentario del Dhammapada de Gil Fronsdal. El mismo autor tiene una traducción y comentario del capítulo 4 del Sutta Nipata, que me pareció una introducción fantástica antes de leer el libro completo. Luego planeo seguir con el Digha Nikaya y el Samyutta Nikaya, en ese orden. Por si te sirve, esta es una buena guía para entender qué nos encontraremos en cada libro.
Las raíces Aquí tenemos libros para toda una vida. Quizás justamente por eso sea importante no enredarse demasiado. De momento, me gustaría leer: How Buddhism Began y What the Buddha Thought, ambos de Richard Gombrich; Studies in the Origins of Buddhism, de G. C. Pande; Early Buddhist Oral Tradition: Textual Formation and Transmission, de Bhikkhu Analayo.
La copa
Como con las raíces, libros sobran. Estos son algunos que tengo en la mira: Life is Meditation, Meditation is Life, de Bhante Vimalaramsi; Seeing with the Eye of Dhamma, de Buddhadasa Bhikkhu; La vía del no apego, de Dhiravamsa; Early Buddhist Meditation: The Four Jhanas as the Actualization of Insight, de Keren Arbel; Right Concentration, de Leigh Brasington. Por cierto, Leigh tiene publicado este útil mapa de maestros que enseñan sobre Jhanas en libros y retiros. Además de un libro gratuito brillante sobre un tema clave que es la Originación Dependiente.
6. Retiros
6.1. Retirarse para profundizar
En el sutta 99 del Majjhima Nikaya, Buda explica que el fruto de la vida espiritual que él propone, es decir, la extinción total del sufrimiento, es conseguible tanto para los practicantes que mantienen una vida “normal”, como para quienes renuncian a todo lo mundano (me resisto a usar las palabras laicos y monjes, algo que quizás quede para desarrollar en otra oportunidad). PERO, también dice, quienes renuncian a todo para dedicarse exclusivamente a “la vida santa” lo tienen mucho más fácil.
¿Por qué? Porque la vida cotidiana trae todo tipo de obstáculos y distracciones que hacen que el entrenamiento gradual cueste más.
Sin necesidad de “hacernos monjes”, retirarnos por unos días o semanas nos permite dejar todo eso de lado e ir un poco más a fondo. Se trata de un período de tiempo en el que apagamos el móvil, nos desconectamos de Netflix, dejamos atrás el estrés del trabajo o el estudio y las obligaciones cotidianas. Nos moderamos en la comida y nos despreocupamos de prepararla. Enfocamos la mente al 100% en la práctica y el estudio. Al terminar el retiro volveremos a “la vida real”, pero lo que hayamos desarrollado en ese tiempo perdurará.
Es un poco como cuando nos vamos de vacaciones (si es que tenemos esa suerte): solemos iniciarlas cansados, agotados incluso. Si nos va bien, durante las vacaciones recargamos las baterías y volvemos con energías renovadas para seguir con “la vida”. Los retiros nos pueden ayudar a recargar las pilas de nuestra práctica. Una objeción que puede surgir aquí es: pero para qué hacer esto si luego el efecto se terminará yendo a menos que repita retiro? La primera respuesta: para qué irse de vacaciones, entonces? ¿Para qué cepillarse los dientes?
Por otro lado, y con un poco de suerte, al volver te des cuenta de que hay cosas que te nutrieron durante el retiro y que podés llevar a tu vida cotidiana. Si tu móvil te estresa, quizás no puedas deshacerte de él para siempre, pero sí puedas desinstalar todas las apps de redes sociales. O tal vez hayas podido conectar más profundamente con una práctica determinada, y eso termine permeando en la manera en que practicás luego en casa. O tal vez hayas llegado a experimentar de manera directa estados o enseñanzas que no habías comprendido aún, y que destrabarán la próxima etapa del camino. Si esto último te resulta poco claro, entenderás de lo que hablo al leer The Path to Nibbana.
6.2. Cómo y cuánto retirarse
No todos los retiros son iguales. A la hora de elegir en qué retiro participar, creo importante tener claro qué es lo que estamos buscando. Si nunca participaste de un retiro, y al leer esto te dan ganas de hacerlo, aquí van algunos tips:
- Intentá tener claridad sobre el formato del retiro y qué se va a practicar. La primera vez que lo hagas, está bien que no sea un programa demasiado específico: lo importante es que haya tiempo abundante para practicar en silencio y/o con guía.
- Intentá también conocer a el o los facilitadores del retiro antes de inscribirte. Quién da el retiro va a influir mucho en la experiencia que tengas. No es que necesariamente haya mejores o peores facilitadores, se trata más bien de ver que tengas alguna afinidad con la persona, su estilo, y contenidos que desarrollará. Podés hacer esto leyendo textos o algún libro que esa persona haya publicado, o participando de alguna charla que ofrezca, o cursos más acotados.
- Yendo al retiro en sí: no todos los días van a ser maravillosos. Posiblemente haya días en los que tu mente no pare, o simplemente no puedas desenredarte de pensamientos, recuerdos, o emociones difíciles e intrusivos. Paciencia. Todo pasa. Esto es parte de la práctica (y un buen facilitador te podrá ayudar a navegar la tormenta).
Para un primer retiro, entre 5 y 7 noches es un buen número. El primer día apenas estamos llegando y asentándonos. El segundo y tercer día ya empezamos a desintoxicarnos de todos esos obstáculos de la vida cotidiana que dejamos en casa, y la práctica empieza a calar más hondo. Esto nos deja los días cuatro y cinco para ir un poco más allá. Con esto no quiero decir que un retiro de fin de semana (2-3 noches) esté mal, y de hecho he participado en varios. Lo que comparto aquí es específicamente en el contexto de este plan de formación.
7. Aprender Pali
En el apartado de lecturas escribí sobre conectar con las enseñanzas de Buda sin intermediarios, es decir, priorizando las fuentes primarias[^6]. Pero aún si vamos a los Nikayas, nos queda un intermediario por superar: el traductor. Sé que aquí ya estoy hilando muy fino; valdrá recordar que esta propuesta nació como una alternativa independiente a un máster universitario. Cada quien decidirá hasta dónde se sumerge.
El problema con el Pali, uno de los idiomas en que se conservan las enseñanzas de Buda, es que generalmente es imposible de traducir manteniendo un 100% de fidelidad con el texto original. Hay palabras, frases, fórmulas y expresiones a las que cada traductor debe aproximarse cuanto pueda, pero cuya traducción difícilmente conserve todo el sentido original. Hay palabras que distintos autores traducen de distintas maneras, e incluso un mismo autor traduce de distintas maneras según el contexto... ¡Vaya confusión!
Citando a Bhikkhu Bodhi[^7], cuya traducción del Majjhima Nikaya elegí para leer: “Cualquier traducción, incluso la más precisa, inevitablemente trae consigo algún grado de interpretación que refleja el entendimiento y las preferencias del traductor, además de las limitaciones lingüísticas del idioma de destino”.
Podría ser útil ilustrar todo esto con algunos ejemplos, pero quedará para otro artículo. Por ahora bastará decir que leer los suttas en Pali nos permite acercarnos a las enseñanzas con la mayor fidelidad físicamente posible, dado que no podemos viajar en el tiempo para hablar con Buda mismo[^8].
Aprender Pali lleva tiempo, pero no creo que sea mucho más difícil que otros idiomas, especialmente si se encara el proyecto con motivación, paciencia, y el profesor indicado. En ese sentido estoy muy gratamente sorprendido con Aleix Ruiz Falqués, con quien empecé a cursar en su día el Diplomado en Pali que imparte desde el Instituto de Estudios Budistas Hispano. Totalmente recomendable. Por desgracia, cuando yo lo cursé estaba un poco sobrepasado con otras responsabilidades y solamente completé el primero de tres módulos. Espero algún día poder retomarlo.
8. Crear, compartir, acompañar
Puede que hayas notado una contradicción en lo que va del artículo. Al principio escribí que la cantidad de contenidos e información que hay allí fuera sobre budismos puede llegar al punto de abrumar y saturar. Al mismo tiempo, tanto en el apartado de lecturas como de retiros insinué y me lamenté, respectivamente, por la falta de opciones en español.
Ambas cosas son verdad. Hay demasiados contenidos y propuestas allí fuera, se torna difícil distinguir lo importante y filtrar el ruido. Si nos limitamos a lo disponible en español, las opciones se reducen, pero no necesariamente de una manera positiva. Si queremos más específicamente profundizar en el Budismo Temprano en español… buena suerte con eso.
Me gustaría poder hacer algo al respecto. Aportar mi granito de arena. A lo largo de estos casi 16 años de recorrido tuve que ir haciendo mucho camino al andar, aún contando con buena compañía, mucha suerte, y abundantes recursos. Tal vez pueda allanar un poco el camino para otras personas que empiezan a recorrerlo.
En este dar y devolver hay un beneficio adicional: creo que una de las mejores formas de aprender realmente a fondo algo es compartiéndolo con otras personas. Cada vez que comparto, quien recibe este compartir se beneficia (espero!), pero probablemente yo me beneficio por igual.
Ojalá que este artículo te sea de ayuda. Si al leerlo te surgen dudas o comentarios, estaré encantado de recibirlos por mail en hola @ javiernanni . com. Te contestaré en cuanto pueda.
9. En resumen…
Si llegaste hasta aquí, gracias por leer. Acabamos de cubrir mucho contenido, así que me despido con este resumen:
- Tomar consciencia de que hay muchos budismos, y dedicar el tiempo necesario a explorar cuál es para vos. Una vez elegido, comprometerse con ese camino.
- Tomar un rol activo en el diseño de tu propio camino, reforzando la idea de que nadie más puede recorrerlo por vos.
- Poner la práctica ante todo, tener siempre presente que de eso se trata este camino realmente. Apoyarse en los caminos o mapas de práctica existentes en cada budismo (según cuál elijas seguir).
- Priorizar las fuentes primarias. Esto incluye a cualquier budismo: leer el Majjhima Nikaya será enriquecedor en cualquier escenario, pero quizás LA fuente primaria si seguís por el Tibetano Gelug sea la obra de Tsongkhapa (por dar sólo un ejemplo). Apoyarse en fuentes secundarias para refinar el entendimiento de esas fuentes primarias.
- Ir de retiros. Realmente pueden marcar una diferencia muy grande.
- Si querés ir un paso más allá, aprender, o al menos empezar a familiarizarte, con la lengua clásica en la que estén escritas las fuentes primarias de tu camino elegido (en mi caso el Pali, pero si seguís por el Zen quizás sea el Chino o Japonés, por ejemplo).
- Si podés hacerlo, devolver un poco de lo aprendido, como puedas, a otras personas que vengan después de vos.
Gracias a Fernanda, Patricia, Cristian, Javier, Rosa, Lilian, Delfi, Aleix, Mariel, Güimar, Eva, Horacio y Sandra por leer una versión preliminar de este artículo y aportar valioso feedback.
NOTAS
Podés hacer click en los números de nota para volver a la sección del artículo de la cual surgen.
[1] Estas ramificaciones tienen, a su vez, sus sub-ramificaciones. Elaborar sobre esto quedará para otra ocasión.
[2] Turning confusion into clarity, de Mingyur Rinpoche (disponible también en español) y Not for happiness, de Dzongsar Khyentse Rinpoche.
[3] Otros suttas en los que se cubre este tema son el MN27, MN39, y DN2.
[4] Esto aplica en realidad a la práctica de los Jhanas (estados meditativos) con los Brahma Viharas (resumido aquí como compasión) como soporte. En principio es posible cultivar los Jhanas con otros soportes, pero desarrollar este tema va mucho más allá de este humilde intento de resumen.
[5] Decir que los Nikayas contienen las enseñanzas de Buda en sus propias palabras no es del todo correcto, pero como tantos otros puntos que surgen de este artículo, expandirlo requeriría un desarrollo aparte.
[6] Aquí no quiero sonar fundamentalista: priorizar las fuentes primarias no implica rechazar las fuentes secundarias, que pueden ser muy útiles y de hecho sugiero en el apartado de lecturas.
[7] De la introducción en su libro Reading the Buddha's Discourses in Pali: A Practical Guide to the Language of the Ancient Buddhist Canon. Libro que no leí aún, pero cuya introducción vale la pena y forma parte de la “vista previa” gratuita en Amazon Kindle.
[8] Este fantasioso viaje en el tiempo nos permitiría superar al “último intermediario”, puesto que los suttas no contienen exáctamente las enseñanzas de Buda en sus palabras, sino el registro de ellas que se plasmó por escrito empezando unos 200 años tras su muerte, y que habían sido preservadas hasta ese momento exclusivamente de manera oral. Probablemente en ese proceso ya hayan surgido unas primeras mutaciones, pero eso quedará para otro artículo.